02-12-2011, 09:48
Para echar unas risas para terminar la semana...
"Hemos visto un ciervo en el circuito, sí, como un caballo con cuernos"
Javier Rubio - 02/12/2011 (06:00h)
"Yes, yes, that´s what we are talking about!" (¡Sí, sí, esto es de lo que estamos hablando!) La mayoría hemos quedado saturados de los mensajes por radio de Sebastian Vettel esta temporada. Pero el oculto mundo de las comunicaciones entre equipos y pilotos puede llegar a ser fascinante y, también divertido, cuando sale al exterior. Si tuviéramos acceso libre a todas ellas, la Fórmula 1 sería más espectacular, pero nos conformaremos con algunas de las perlas que trascienden.
Alonso: "Estoy bastante relajado". "Y yo bastante resfriado"
Fernando Alonso ha ofrecido momentos 'radiofónicos' estelares. Muchos pagaríamos por haber escuchado sus palabras en la pista –veíamos sus gestos- y cuando señalaba furioso con el dedo al muro de boxes en Hungaroring 2007. Pero nos conformaremos con aquel "Hey guys, this is ridiculous, I am faster than Felipe", que desembocó en el mítico "Fernando..is..faster..than.. you. Can you confirm that you understood that message?". Tampoco se recató cuando, en Canadá 2005, alcanzó a su compañero Fisichella. Con voz enfadada, preguntó, “ya he llegado tras él, ¿qué más tengo que hacer?, “como sabemos que eres más rápido, adelántale…” fue la respuesta desde muro de boxes, no exenta de retranca.
En Gran Bretaña 2010, tras la sanción en carrera, le pidió a su ingeniero Andrea Stella, “no quiero más radio para el resto de la carrera”. “No problem, mate, no problem”. Más triste fue el impotente mensaje del propio Stella, en Abu Dabi 2010. “Fernando, usa talento, sabemos lo grande qué es, úsalo”. Muy diferente era el ambiente en Australia 2005. "Estoy bastante relajado”, le decía a su ingeniero, mientras rodaba primero. “Yo estoy bastante resfriado” fue la respuesta del cachondo de su ingeniero. Cuando en Australia 2009, obstaculizado por Massa, se le comunicaba que Hamilton le recortaba la ventaja a pasos agigantados, contestó con voz resignada y divertida: “No quiero saberlo”.
También dentro de Ferrari la relación de Massa y su ingeniero Rob Smedley ha dado buenos momentos. "¿Who is the Daddy of Brasil?" le preguntaba este al brasileño tras haber logrado la pole “bien hecho, hijo, bien hecho, Felipe” remató. O cuando en Massa se puso nervioso en la parrilla de salida de Malasia 2009 porque necesitaba cambiar la visera de su casco “tranquilo, baby, estáte tranquilo, estamos en buena posición, te daremos el visor”. La singular personalidad de Smedley también ha puesto a Ferrari en problemas, como en Hockenheim 2010 o este mismo año en Singapur, “aguanta a Hamilton tanto como puedas, destroza su carrera tanto como podamos”. Al poco, el británico metió el alerón bajo la rueda del Ferrari.
"Jod... Raikkonen, vaya ******"
Aunque las conversaciones generalmente son técnicas y sin gran interés, en ocasiones también nos descubren la 'pelea' de un piloto con su monoplaza, una sensación nada agradable. Así, David Coulthard, en Canada 2007, cuando respondía a la pregunta de cómo iba su coche: “No pasa por los pianos, no gira, no tiene tracción”, para añadir tras una pausa, “aparte de ello, es fantástico, me estoy divirtiendo mucho”. Otro tanto le ocurrió a Rubens Barichello, en Australia 2006: "El tacto del pedal de freno está pegajoso, tenemos que cambiar el material porque estoy sufriendo como un cerdo". No faltan las broncas al equipo, como Raikkonen con Ferrari (“no me habléis cuando estoy en medio de una curva” se salió de la pista por ello) o Hamilton en Alemania 2011 tras perder la primera posición “parad de hablarme cuando estoy compitiendo (por la posición)”. Tampoco se 'cortó' Juan Pablo Montoya al comunicar al mundo su opinión sobre Raikkonen, en Bélgica 2002: “Jod... Raikkonen, vaya ******”.
Pero las comunicaciones por radio también descubren tensiones o problemas entre equipo y piloto o entre rivales en pista. El famoso “no está mal para un piloto número dos” de Webber en Silverstone 2010 fue rematado por el “quizás ahora serías capaz de sonreir un poco” de Christian Horner. El diálogo de Hamilton con su ingeniero en Turquía 2010 puso en evidencia las órdenes de equipo internas en McLaren. Hamilton tampoco se cortó este año con aquel “de quién ha sido la idea de llamarme a boxes, es absolutamente ridícula”.
"Estoy... 'bluuuuuurrrrpppp', intentaré acabar"
La radio también nos descubre la emoción de la victoria. Ya son conocidas las de Barrichello o Webber ante su primer triunfo, de Alonso o Button ante sus títulos, cantando ambos el “We are the Champions” con desafino propio de la situación, o a un Michael Schumacher profundamente emocionado en Japón 2002, quién pidió al equipo “dadle un beso de mi parte a Corinna”, su esposa.
A veces, algunos equipo han intentando sin éxito sistemas de comunicación alternativos, como lo ocurriera a Robert Kubica. “Tengo un teléfono móvil sonando dentro de mi habitáculo, alguien se lo ha dejado. ¿Qué debo hacer, tirarlo fuera o entrar en boxes?”. Cuando se le pide que entre, el polaco responde amablemente, “pararé junto al box para daros el teléfono y seguiré, ¿ok?”
Otro momento verdaderamente irrepetible se produjo en el Gran Premio de Japón en 2007. Intoxicado quizás por el 'shushi', Mark Webber no pudo evitar vomitar en mitad de la carrera. “Lo siento chicos, estoy intentando aguantar pero 'bluuuuuuuurrrrrpppp'”. El mensaje, lógicamente, era bastante incomprensible en las formas, pero no en el fondo. El pobre Webber, terminó la carrera como le indicó a su equipo, aunque necesitaría algo más que una ducha después al terminar.
Para terminar, es bien conocida la obsesiva atención al detalle de los ingenieros de Fórmula 1. Tal fue el caso del equipo Williams y Juan Pablo Montoya en Austria 2001. En el idílico paisaje de Osterreichring, un ciervo cruzó la pista. El equipo comunicó a Montoya el incidente. “Hemos visto un cierto (deer, en inglés) en alguna parte del circuito, entra en boxes”. Montoya hizo un juego de palabras al contestar, “Oh, dear” (un “madre mía”, algo así), pero el ingeniero, le apuntó profesional y jocosamente, “sí un ciervo (a deer), como un caballo con cuernos”. “Lo se, lo sé, oh Dear”. "Qué seria es esta gente", debió pensar Juan Pablo Montoya, mientras se encaminaba a los boxes entre carcajada.
El Confidencial
"Hemos visto un ciervo en el circuito, sí, como un caballo con cuernos"
Javier Rubio - 02/12/2011 (06:00h)
"Yes, yes, that´s what we are talking about!" (¡Sí, sí, esto es de lo que estamos hablando!) La mayoría hemos quedado saturados de los mensajes por radio de Sebastian Vettel esta temporada. Pero el oculto mundo de las comunicaciones entre equipos y pilotos puede llegar a ser fascinante y, también divertido, cuando sale al exterior. Si tuviéramos acceso libre a todas ellas, la Fórmula 1 sería más espectacular, pero nos conformaremos con algunas de las perlas que trascienden.
Alonso: "Estoy bastante relajado". "Y yo bastante resfriado"
Fernando Alonso ha ofrecido momentos 'radiofónicos' estelares. Muchos pagaríamos por haber escuchado sus palabras en la pista –veíamos sus gestos- y cuando señalaba furioso con el dedo al muro de boxes en Hungaroring 2007. Pero nos conformaremos con aquel "Hey guys, this is ridiculous, I am faster than Felipe", que desembocó en el mítico "Fernando..is..faster..than.. you. Can you confirm that you understood that message?". Tampoco se recató cuando, en Canadá 2005, alcanzó a su compañero Fisichella. Con voz enfadada, preguntó, “ya he llegado tras él, ¿qué más tengo que hacer?, “como sabemos que eres más rápido, adelántale…” fue la respuesta desde muro de boxes, no exenta de retranca.
En Gran Bretaña 2010, tras la sanción en carrera, le pidió a su ingeniero Andrea Stella, “no quiero más radio para el resto de la carrera”. “No problem, mate, no problem”. Más triste fue el impotente mensaje del propio Stella, en Abu Dabi 2010. “Fernando, usa talento, sabemos lo grande qué es, úsalo”. Muy diferente era el ambiente en Australia 2005. "Estoy bastante relajado”, le decía a su ingeniero, mientras rodaba primero. “Yo estoy bastante resfriado” fue la respuesta del cachondo de su ingeniero. Cuando en Australia 2009, obstaculizado por Massa, se le comunicaba que Hamilton le recortaba la ventaja a pasos agigantados, contestó con voz resignada y divertida: “No quiero saberlo”.
También dentro de Ferrari la relación de Massa y su ingeniero Rob Smedley ha dado buenos momentos. "¿Who is the Daddy of Brasil?" le preguntaba este al brasileño tras haber logrado la pole “bien hecho, hijo, bien hecho, Felipe” remató. O cuando en Massa se puso nervioso en la parrilla de salida de Malasia 2009 porque necesitaba cambiar la visera de su casco “tranquilo, baby, estáte tranquilo, estamos en buena posición, te daremos el visor”. La singular personalidad de Smedley también ha puesto a Ferrari en problemas, como en Hockenheim 2010 o este mismo año en Singapur, “aguanta a Hamilton tanto como puedas, destroza su carrera tanto como podamos”. Al poco, el británico metió el alerón bajo la rueda del Ferrari.
"Jod... Raikkonen, vaya ******"
Aunque las conversaciones generalmente son técnicas y sin gran interés, en ocasiones también nos descubren la 'pelea' de un piloto con su monoplaza, una sensación nada agradable. Así, David Coulthard, en Canada 2007, cuando respondía a la pregunta de cómo iba su coche: “No pasa por los pianos, no gira, no tiene tracción”, para añadir tras una pausa, “aparte de ello, es fantástico, me estoy divirtiendo mucho”. Otro tanto le ocurrió a Rubens Barichello, en Australia 2006: "El tacto del pedal de freno está pegajoso, tenemos que cambiar el material porque estoy sufriendo como un cerdo". No faltan las broncas al equipo, como Raikkonen con Ferrari (“no me habléis cuando estoy en medio de una curva” se salió de la pista por ello) o Hamilton en Alemania 2011 tras perder la primera posición “parad de hablarme cuando estoy compitiendo (por la posición)”. Tampoco se 'cortó' Juan Pablo Montoya al comunicar al mundo su opinión sobre Raikkonen, en Bélgica 2002: “Jod... Raikkonen, vaya ******”.
Pero las comunicaciones por radio también descubren tensiones o problemas entre equipo y piloto o entre rivales en pista. El famoso “no está mal para un piloto número dos” de Webber en Silverstone 2010 fue rematado por el “quizás ahora serías capaz de sonreir un poco” de Christian Horner. El diálogo de Hamilton con su ingeniero en Turquía 2010 puso en evidencia las órdenes de equipo internas en McLaren. Hamilton tampoco se cortó este año con aquel “de quién ha sido la idea de llamarme a boxes, es absolutamente ridícula”.
"Estoy... 'bluuuuuurrrrpppp', intentaré acabar"
La radio también nos descubre la emoción de la victoria. Ya son conocidas las de Barrichello o Webber ante su primer triunfo, de Alonso o Button ante sus títulos, cantando ambos el “We are the Champions” con desafino propio de la situación, o a un Michael Schumacher profundamente emocionado en Japón 2002, quién pidió al equipo “dadle un beso de mi parte a Corinna”, su esposa.
A veces, algunos equipo han intentando sin éxito sistemas de comunicación alternativos, como lo ocurriera a Robert Kubica. “Tengo un teléfono móvil sonando dentro de mi habitáculo, alguien se lo ha dejado. ¿Qué debo hacer, tirarlo fuera o entrar en boxes?”. Cuando se le pide que entre, el polaco responde amablemente, “pararé junto al box para daros el teléfono y seguiré, ¿ok?”
Otro momento verdaderamente irrepetible se produjo en el Gran Premio de Japón en 2007. Intoxicado quizás por el 'shushi', Mark Webber no pudo evitar vomitar en mitad de la carrera. “Lo siento chicos, estoy intentando aguantar pero 'bluuuuuuuurrrrrpppp'”. El mensaje, lógicamente, era bastante incomprensible en las formas, pero no en el fondo. El pobre Webber, terminó la carrera como le indicó a su equipo, aunque necesitaría algo más que una ducha después al terminar.
Para terminar, es bien conocida la obsesiva atención al detalle de los ingenieros de Fórmula 1. Tal fue el caso del equipo Williams y Juan Pablo Montoya en Austria 2001. En el idílico paisaje de Osterreichring, un ciervo cruzó la pista. El equipo comunicó a Montoya el incidente. “Hemos visto un cierto (deer, en inglés) en alguna parte del circuito, entra en boxes”. Montoya hizo un juego de palabras al contestar, “Oh, dear” (un “madre mía”, algo así), pero el ingeniero, le apuntó profesional y jocosamente, “sí un ciervo (a deer), como un caballo con cuernos”. “Lo se, lo sé, oh Dear”. "Qué seria es esta gente", debió pensar Juan Pablo Montoya, mientras se encaminaba a los boxes entre carcajada.
El Confidencial
" creo que he pasado toda mi vida, los nueve últimos años de mi carrera en la Fórmula 1 preparándome para este momento, para estar listo. Al fin ha llegado." Fernando Alonso (30/09/09)