Para ser piloto de F1, no basta solo con un talento especial para manejar 800cv y el monoplaza más sofisticado del mundo. La capacidad de liderazgo es otra de las características que también han de adornar a un gran piloto. Me resulta complicado decidirme por una de las dos, pero si pensamos que en la Fórmula 1 el equipo es la clave del éxito, por mucho talento que tengas, jamás vas a triunfar si no sabes o no puedes liderar.
Este ya es el tercer año de Alonso con la Scudería, y aún no ha conseguido ningún título mundial con Ferrari. Quizás se le esté agotando la paciencia porque perciba que este año también se le puede escapar. Por ello, a pesar de sus constantes palabras de apoyo al equipo, parece que ha llegado el momento de romper el hielo y empezar a pedir respuestas a una evolución inferior a la necesaria para luchar contra Red Bull. Fernando nunca ha criticado abiertamente a Ferrari. Todo lo contrario. Pero, a la vez, está empezando a meter presión a sus responsables.
En las últimas declaraciones de Alonso se puede intuir que el español está un poco frustrado ante las escasas mejoras que, según él, están proporcionándole desde la Scuderia. Ya lo hemos repetido muchas veces, en la Fórmula 1 prima la mecánica e ingeniería sobre las cualidades del piloto. Por ello, este ha de saber actuar en las diferentes áreas que conforman un equipo. Y es aquí donde entra en juego la capacidad de liderazgo.
Como una relación de pareja
Como buen profesional has de saber 'manipular' tu entorno (rivales, prensa, equipo) con declaraciones que den que pensar. Cuando un piloto habla, a veces son palabras criticadas o que la gente puede no entender, pero tienen un sentido para quien las hace. Fernando ha ido lanzando pequeñas indirectas a Ferrari porque Red Bull se ha puesto las pilas en este final de temporada. Paralelamente, parece que en Maranello siguen depositando mas confianza en la magia de Fernando que en sus propias evoluciones, y llega un punto donde se carga al piloto con demasiada responsabilidad. Por eso, Alonso también tiene que exigir a la Scuderia.
Porque la relación entre equipo y piloto puede ser comparable a la de una pareja: sientes mucho amor en momentos dulces, pero un odio inmenso en momentos de tensión y crisis. Para no romper el jarrón definitivamente has de saber donde está el límite. Fernando cuida cada detalle para que su equipo sienta el esfuerzo y trabajo que desempeña cada vez que se sube al coche, dando siempre el 100% de su capacidad. Pero como en toda pareja, uno no da si no recibe nada a cambio, y parece que Fernando está empezando a sufrir viendo que actuaciones magistrales como la de India no son suficientes para lograr un más que ansiado título. Por muchos esfuerzos y apoyo que Ferrari le está dando, el nivel de Red Bull indica que no es suficiente. Y es el piloto quien también debe decirlo.
El trabajo del día a día
El liderazgo no solo es lograr resultados o exigir un monoplaza más competitivo. Recordemos que un equipo de Fórmula 1 es una gran empresa con mas de cuatrocientos empleados que trabajan para lograr una máquina perfecta que tan solo dos afortunados pueden llevar a lo mas alto. También hay una interacción con muchos miembros del equipo en el día a día. Por ejemplo, con los mecánicos. Cuanto mejor sea dicha relación, mejor será el ambiente que se respira, y con más motivación trabajarán las infinitas horas que se dedican a la preparación de un Fórmula 1. Hay pilotos que pasan de ellos, y otros que hacen piña.
Un piloto se reúne con los ingenieros en la fábrica antes y después de cada gran premio, pero también muchas veces durante el mismo fin de semana de la carrera. En el circuito tiene numerosos briefings de horas y horas rodeado de ingenieros, en los que intenta explicarles como mejorar el coche en puesta a punto. No solo está Andrea Stella, su ingeniero de pista. También hay una enorme cantidad de ingenieros especializados en diferentes áreas que te escuchan, analizan los datos y ajustan los parámetros con tus indicaciones. Requiere también un buen trabajo intelectual, por lo que la actitud y el espíritu del piloto resultan fundamentales para todos. La relación no siempre será fácil, pero los miembros del equipo tienen que confiar en quién pone a prueba en la pista el resultado sus esfuerzos.
La cabeza visible en el resultado final
Al final, el trabajo de esas cuatrocientas personas confluye en una sola, que es a su vez la cabeza visible en el resultado final. No solo maneja el monoplaza, también representa a una empresa, a una marca y, en su caso, a una leyenda viva del mundo del automóvil que ha traspasado fronteras. Por ello, la responsabilidad que tiene Fernando Alonso es tan importante, y por ello también tiene el derecho y la obligación exigir y presionar al equipo para sacar lo mejor de él.
Hace unos años puse en entredicho que Fernando fuese el mejor piloto de la parrilla. Ahora que he madurado y he visto los toros desde detrás de la barrera, muy a mi pesar, puedo asegurar que nos encontramos ante el mejor piloto de la actualidad y uno de los mejores de la historia. Y, si finalmente ganara el título este año, será gracias a su talento, pero también a su formidable capacidad de liderazgo en Ferrari.
elconfidencial.com
Este ya es el tercer año de Alonso con la Scudería, y aún no ha conseguido ningún título mundial con Ferrari. Quizás se le esté agotando la paciencia porque perciba que este año también se le puede escapar. Por ello, a pesar de sus constantes palabras de apoyo al equipo, parece que ha llegado el momento de romper el hielo y empezar a pedir respuestas a una evolución inferior a la necesaria para luchar contra Red Bull. Fernando nunca ha criticado abiertamente a Ferrari. Todo lo contrario. Pero, a la vez, está empezando a meter presión a sus responsables.
En las últimas declaraciones de Alonso se puede intuir que el español está un poco frustrado ante las escasas mejoras que, según él, están proporcionándole desde la Scuderia. Ya lo hemos repetido muchas veces, en la Fórmula 1 prima la mecánica e ingeniería sobre las cualidades del piloto. Por ello, este ha de saber actuar en las diferentes áreas que conforman un equipo. Y es aquí donde entra en juego la capacidad de liderazgo.
Como una relación de pareja
Como buen profesional has de saber 'manipular' tu entorno (rivales, prensa, equipo) con declaraciones que den que pensar. Cuando un piloto habla, a veces son palabras criticadas o que la gente puede no entender, pero tienen un sentido para quien las hace. Fernando ha ido lanzando pequeñas indirectas a Ferrari porque Red Bull se ha puesto las pilas en este final de temporada. Paralelamente, parece que en Maranello siguen depositando mas confianza en la magia de Fernando que en sus propias evoluciones, y llega un punto donde se carga al piloto con demasiada responsabilidad. Por eso, Alonso también tiene que exigir a la Scuderia.
Porque la relación entre equipo y piloto puede ser comparable a la de una pareja: sientes mucho amor en momentos dulces, pero un odio inmenso en momentos de tensión y crisis. Para no romper el jarrón definitivamente has de saber donde está el límite. Fernando cuida cada detalle para que su equipo sienta el esfuerzo y trabajo que desempeña cada vez que se sube al coche, dando siempre el 100% de su capacidad. Pero como en toda pareja, uno no da si no recibe nada a cambio, y parece que Fernando está empezando a sufrir viendo que actuaciones magistrales como la de India no son suficientes para lograr un más que ansiado título. Por muchos esfuerzos y apoyo que Ferrari le está dando, el nivel de Red Bull indica que no es suficiente. Y es el piloto quien también debe decirlo.
El trabajo del día a día
El liderazgo no solo es lograr resultados o exigir un monoplaza más competitivo. Recordemos que un equipo de Fórmula 1 es una gran empresa con mas de cuatrocientos empleados que trabajan para lograr una máquina perfecta que tan solo dos afortunados pueden llevar a lo mas alto. También hay una interacción con muchos miembros del equipo en el día a día. Por ejemplo, con los mecánicos. Cuanto mejor sea dicha relación, mejor será el ambiente que se respira, y con más motivación trabajarán las infinitas horas que se dedican a la preparación de un Fórmula 1. Hay pilotos que pasan de ellos, y otros que hacen piña.
Un piloto se reúne con los ingenieros en la fábrica antes y después de cada gran premio, pero también muchas veces durante el mismo fin de semana de la carrera. En el circuito tiene numerosos briefings de horas y horas rodeado de ingenieros, en los que intenta explicarles como mejorar el coche en puesta a punto. No solo está Andrea Stella, su ingeniero de pista. También hay una enorme cantidad de ingenieros especializados en diferentes áreas que te escuchan, analizan los datos y ajustan los parámetros con tus indicaciones. Requiere también un buen trabajo intelectual, por lo que la actitud y el espíritu del piloto resultan fundamentales para todos. La relación no siempre será fácil, pero los miembros del equipo tienen que confiar en quién pone a prueba en la pista el resultado sus esfuerzos.
La cabeza visible en el resultado final
Al final, el trabajo de esas cuatrocientas personas confluye en una sola, que es a su vez la cabeza visible en el resultado final. No solo maneja el monoplaza, también representa a una empresa, a una marca y, en su caso, a una leyenda viva del mundo del automóvil que ha traspasado fronteras. Por ello, la responsabilidad que tiene Fernando Alonso es tan importante, y por ello también tiene el derecho y la obligación exigir y presionar al equipo para sacar lo mejor de él.
Hace unos años puse en entredicho que Fernando fuese el mejor piloto de la parrilla. Ahora que he madurado y he visto los toros desde detrás de la barrera, muy a mi pesar, puedo asegurar que nos encontramos ante el mejor piloto de la actualidad y uno de los mejores de la historia. Y, si finalmente ganara el título este año, será gracias a su talento, pero también a su formidable capacidad de liderazgo en Ferrari.
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No se construirá una nueva era con las armas,sino con las manos que las llevan