08-04-2025, 09:14
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El incomprensible declive de Aston Martin y la sinceridad de Alonso: el éxito no depende sólo del dinero
Lejos de enderezar la decepcionante deriva mostrada en 2024, el equipo de Fernando Alonso sigue sin remontar su caída de rendimiento y preocupa su apuesta para 2026
https://www.elconfidencial.com/deportes/...otoneraWeb
Por Pablo de Villota
08/04/2025 - 05:00
Ejercer estos días las labores de embajador de Aston Martin como hace Pedro de la Rosa es un trabajo de mucho mérito. Si no fuera por lo mucho que se le quiere y por lo bueno que es haciendo en su trabajo, la ira de los seguidores y la crítica de los analistas sería implacable con él. Defender en la actualidad al equipo de Fernando Alonso está cercano a defender lo indefendible. El bicampeón mundial vino a decir sutilmente que son ahora el peor coche de la parrilla. Y no debe andar muy lejos el diagnóstico.
"Ser undécimo es un pequeño milagro. Supongo que no somos tan rápidos ni para estar entre los 18 primeros", declaró Fernando Alonso al término del Gran Premio. La dificultad para adelantar en Suzuka y la buena actuación del asturiano, maquilló la cruda realidad de la escudería, que era la última posición en parrilla de Lance Stroll a tres décimas del penúltimo. Las dos últimas carreras del canadiense demuestran que el problema no está en el piloto sino en un coche que es pésimo.
Lawrence Stroll compró Racing Point hace seis años. Ha invertido cientos de millones de dólares, ha fichado técnicos de mucho prestigio, pilotos campeones mundiales, construido una sede que es quizá la mejor de toda la parrilla. Y todo, para no haber mejorado los resultados del equipo el día que lo compró. Es cierto que la Fórmula 1 ha cambiado de arriba a abajo en este período y que todos los equipos sin excepción han invertido millonadas. Pero el asunto de fondo permanece: no hay mejora, ni se la espera.
El primer año de la era Fernando Alonso empezó en tromba. El apodado 'Red Bull verde' era capaz de hacer podios con facilidad y fantasear incluso con posibles victorias. Pero la magia duró hasta que hubo que evolucionar aquel coche. Fuera porque se le agotaron a Dan Fallows los secretos que se trajo de su anterior etapa en Red Bull, fuera porque el equipo comenzó la mudanza de sus instalaciones, el final de 2023 fue tan desesperanzador como ilusionante fue su comienzo.
De mal en peor
2024 debería haber supuesto una vuelta a la pomada, pero el AMR24 decepcionó desde el principio. Para mantener la moral alta a sus tropas, Fernando Alonso mandó ánimos para repetir la gesta de McLaren que empezaron como últimos y acabaron como ganadores de Grandes Premios. Pero lejos de cumplir el pronóstico, los coches verde se iban hundiendo más y más en la clasificación. Ya no eran siquiera el quinto mejor coche detrás de los cuatro grandes McLaren, Ferrari, Red Bull y Mercedes.
Se prometían mejoras, que cuando estas llegaban o no funcionaban o de hacerlo, la ganancia era casi imperceptible. Es muy posible que el túnel de viento de Mercedes, tuviera una mala correlación con lo que los ingenieros de Aston Martin desarrollaban. Es posible también que la cadena de mando técnica no estuviera bien alineada. Fuera lo que fuera, el declive a lo largo de la temporada fue continuo y se acabó el año casi pidiendo la hora.
Para 2025, todavía no se había podido contar con el nuevo túnel de viento en el desarrollo del nuevo monoplaza, pero se suponía que ya se habían comprendido los problemas arrastrados durante la temporada. Dan Fallows dio un paso al lado después de los malos resultados y, mientras tanto, se anunciaron los fichajes de Enrico Cardile procedente de Ferrari y sobre todo del gran gurú técnico Adrian Newey. 2026 era el gran objetivo. Ese es el argumento y para lograrlo era necesaria una progresión en 2025. Y es obvio que esta no se está consiguiendo.
La igualdad es extraordinaria en la Fórmula 1 actual. No hay un equipo malo en la actualidad. Escuderías como Racing Bulls, Haas o Williams han dejado de ser patitos feos y cada uno a su manera se ha reforzado de manera extraordinaria. Pero no es excusa. La apuesta de Aston Martin a nivel de inversión quizá sea la más fuerte de toda la parrilla y hace muy difícil justificar unos resultados tan magros. Y 2026 con el nuevo motor Honda está a la vuelta de la esquina.
El gran desafío se acerca
Ferrari es el mejor ejemplo de lo mucho que cuesta subir el último escalón que da acceso a la cumbre. Pero eres un candidato al título, cuando estás cerca de coronar, no cuando tienes todavía una montaña por escalar. Hay que tener en cuenta que al frente de la organización está un gestor de primerísimo nivel como es Andy Cowell, procedente de Mercedes, que debería haber ordenado la cadena de mando técnica para evitar posibles ineficiencias. Pero parece que ni con esas.
No hay nada peor que estar sumidos en un pozo y no tener un plan claro para salir. Probablemente con Cardile y Newey trabajando ya a destajo y el nuevo túnel de viento por fin en marcha, sí que haya en marcha un plan. Pero el problema es el mencionado, no se trata de dar el toque mágico final, sino que hay que empezar desde muy abajo. No debe ser fácil para Lawrence Stroll ver la situación de su equipo después del esfuerzo económico realizado, pero es un aviso de que en la Fórmula 1 no todo depende del dinero.
Existe el dilema: concentrar desde ya todos los esfuerzos en el coche de 2026 o no dar por perdido aún 2025. Es obvio, que no se va a poder aspirar a nada grande este año, pero para la moral del equipo y para el éxito futuro es importante ver si el equipo tiene capacidad de evolucionar, de identificar sus problemas, resolverlos y en definitiva ponerse a un nivel de competitividad cercano a los equipos de cabeza. No puede haber fallos incomprensibles como el sobrecalentamiento de frenos de Alonso en China, por ejemplo.
Si el equipo no progresa a lo largo de 2025, es muy difícil tener enchufada a una fuerza laboral de 700 personas. McLaren es el ejemplo de que la fe y el buen hacer mueve montañas, porque desde el mismo momento que Stroll compró Racing Point y lo renombró Aston Martin, los coches color papaya pasaron de ser los últimos de la parrilla a ser los mejores de la actualidad. Eso es lo que debería haber hecho Aston Martin y el tiempo para las excusas se termina. La credibilidad del proyecto está en juego.
El incomprensible declive de Aston Martin y la sinceridad de Alonso: el éxito no depende sólo del dinero
Lejos de enderezar la decepcionante deriva mostrada en 2024, el equipo de Fernando Alonso sigue sin remontar su caída de rendimiento y preocupa su apuesta para 2026
https://www.elconfidencial.com/deportes/...otoneraWeb
Por Pablo de Villota
08/04/2025 - 05:00
Ejercer estos días las labores de embajador de Aston Martin como hace Pedro de la Rosa es un trabajo de mucho mérito. Si no fuera por lo mucho que se le quiere y por lo bueno que es haciendo en su trabajo, la ira de los seguidores y la crítica de los analistas sería implacable con él. Defender en la actualidad al equipo de Fernando Alonso está cercano a defender lo indefendible. El bicampeón mundial vino a decir sutilmente que son ahora el peor coche de la parrilla. Y no debe andar muy lejos el diagnóstico.
"Ser undécimo es un pequeño milagro. Supongo que no somos tan rápidos ni para estar entre los 18 primeros", declaró Fernando Alonso al término del Gran Premio. La dificultad para adelantar en Suzuka y la buena actuación del asturiano, maquilló la cruda realidad de la escudería, que era la última posición en parrilla de Lance Stroll a tres décimas del penúltimo. Las dos últimas carreras del canadiense demuestran que el problema no está en el piloto sino en un coche que es pésimo.
Lawrence Stroll compró Racing Point hace seis años. Ha invertido cientos de millones de dólares, ha fichado técnicos de mucho prestigio, pilotos campeones mundiales, construido una sede que es quizá la mejor de toda la parrilla. Y todo, para no haber mejorado los resultados del equipo el día que lo compró. Es cierto que la Fórmula 1 ha cambiado de arriba a abajo en este período y que todos los equipos sin excepción han invertido millonadas. Pero el asunto de fondo permanece: no hay mejora, ni se la espera.
El primer año de la era Fernando Alonso empezó en tromba. El apodado 'Red Bull verde' era capaz de hacer podios con facilidad y fantasear incluso con posibles victorias. Pero la magia duró hasta que hubo que evolucionar aquel coche. Fuera porque se le agotaron a Dan Fallows los secretos que se trajo de su anterior etapa en Red Bull, fuera porque el equipo comenzó la mudanza de sus instalaciones, el final de 2023 fue tan desesperanzador como ilusionante fue su comienzo.
De mal en peor
2024 debería haber supuesto una vuelta a la pomada, pero el AMR24 decepcionó desde el principio. Para mantener la moral alta a sus tropas, Fernando Alonso mandó ánimos para repetir la gesta de McLaren que empezaron como últimos y acabaron como ganadores de Grandes Premios. Pero lejos de cumplir el pronóstico, los coches verde se iban hundiendo más y más en la clasificación. Ya no eran siquiera el quinto mejor coche detrás de los cuatro grandes McLaren, Ferrari, Red Bull y Mercedes.
Se prometían mejoras, que cuando estas llegaban o no funcionaban o de hacerlo, la ganancia era casi imperceptible. Es muy posible que el túnel de viento de Mercedes, tuviera una mala correlación con lo que los ingenieros de Aston Martin desarrollaban. Es posible también que la cadena de mando técnica no estuviera bien alineada. Fuera lo que fuera, el declive a lo largo de la temporada fue continuo y se acabó el año casi pidiendo la hora.
Para 2025, todavía no se había podido contar con el nuevo túnel de viento en el desarrollo del nuevo monoplaza, pero se suponía que ya se habían comprendido los problemas arrastrados durante la temporada. Dan Fallows dio un paso al lado después de los malos resultados y, mientras tanto, se anunciaron los fichajes de Enrico Cardile procedente de Ferrari y sobre todo del gran gurú técnico Adrian Newey. 2026 era el gran objetivo. Ese es el argumento y para lograrlo era necesaria una progresión en 2025. Y es obvio que esta no se está consiguiendo.
La igualdad es extraordinaria en la Fórmula 1 actual. No hay un equipo malo en la actualidad. Escuderías como Racing Bulls, Haas o Williams han dejado de ser patitos feos y cada uno a su manera se ha reforzado de manera extraordinaria. Pero no es excusa. La apuesta de Aston Martin a nivel de inversión quizá sea la más fuerte de toda la parrilla y hace muy difícil justificar unos resultados tan magros. Y 2026 con el nuevo motor Honda está a la vuelta de la esquina.
El gran desafío se acerca
Ferrari es el mejor ejemplo de lo mucho que cuesta subir el último escalón que da acceso a la cumbre. Pero eres un candidato al título, cuando estás cerca de coronar, no cuando tienes todavía una montaña por escalar. Hay que tener en cuenta que al frente de la organización está un gestor de primerísimo nivel como es Andy Cowell, procedente de Mercedes, que debería haber ordenado la cadena de mando técnica para evitar posibles ineficiencias. Pero parece que ni con esas.
No hay nada peor que estar sumidos en un pozo y no tener un plan claro para salir. Probablemente con Cardile y Newey trabajando ya a destajo y el nuevo túnel de viento por fin en marcha, sí que haya en marcha un plan. Pero el problema es el mencionado, no se trata de dar el toque mágico final, sino que hay que empezar desde muy abajo. No debe ser fácil para Lawrence Stroll ver la situación de su equipo después del esfuerzo económico realizado, pero es un aviso de que en la Fórmula 1 no todo depende del dinero.
Existe el dilema: concentrar desde ya todos los esfuerzos en el coche de 2026 o no dar por perdido aún 2025. Es obvio, que no se va a poder aspirar a nada grande este año, pero para la moral del equipo y para el éxito futuro es importante ver si el equipo tiene capacidad de evolucionar, de identificar sus problemas, resolverlos y en definitiva ponerse a un nivel de competitividad cercano a los equipos de cabeza. No puede haber fallos incomprensibles como el sobrecalentamiento de frenos de Alonso en China, por ejemplo.
Si el equipo no progresa a lo largo de 2025, es muy difícil tener enchufada a una fuerza laboral de 700 personas. McLaren es el ejemplo de que la fe y el buen hacer mueve montañas, porque desde el mismo momento que Stroll compró Racing Point y lo renombró Aston Martin, los coches color papaya pasaron de ser los últimos de la parrilla a ser los mejores de la actualidad. Eso es lo que debería haber hecho Aston Martin y el tiempo para las excusas se termina. La credibilidad del proyecto está en juego.
![[Imagen: tiolavara.png]](http://2.bp.blogspot.com/_kdtPzb99cBg/S7yBbEj_bHI/AAAAAAAAALA/fah_ANf2S0A/s1600/tiolavara.png)
Siempre con Fernando, año tras año.
Un imbécil que lee mucho no reduce un ápice su imbecilidad. Si acaso, se convierte en un imbécil leído.