28-10-2018, 17:12
Esa atracción por las malas noticias puede explicarse por el propio funcionamiento de la mente, que suele recrearse más en las amenazas que en las satisfacciones. Así, una novedad agradable nos ilumina como un fogonazo, pero enseguida se desvanece.
Las noticias negativas, los miedos, dudas y sospechas tienden a girar en nuestra cabeza de forma automática, como un tiovivo
Las noticias negativas, los miedos, dudas y sospechas, en cambio, tienden a girar en nuestra cabeza como un tiovivo. Son lo que en inglés se conoce como ANT (automatic negative thought), pensamientos negativos automáticos que reproducen malas noticias del tipo: “Lo he hecho fatal”, “tengo mala suerte” o “esto no va a funcionar”.
Lo malo de estos pensamientos catastrofistas es que acaban configurando nuestra realidad por la llamada profecía de autocumplimiento. De forma inconsciente, nuestros actos buscan confirmar nuestras expectativas. Si una persona está convencida de que una entrevista de trabajo saldrá mal, se mostrará nerviosa y torpe y dará razones al evaluador para ser descartada. Del mismo modo que los estadistas, empresarios y científicos no harían nada si pensaran que “el mundo no tiene solución” —otro ANT—, una persona poseída por la negatividad se quedará masticando su desgracia en soledad.
Las noticias negativas, los miedos, dudas y sospechas tienden a girar en nuestra cabeza de forma automática, como un tiovivo
Las noticias negativas, los miedos, dudas y sospechas, en cambio, tienden a girar en nuestra cabeza como un tiovivo. Son lo que en inglés se conoce como ANT (automatic negative thought), pensamientos negativos automáticos que reproducen malas noticias del tipo: “Lo he hecho fatal”, “tengo mala suerte” o “esto no va a funcionar”.
Lo malo de estos pensamientos catastrofistas es que acaban configurando nuestra realidad por la llamada profecía de autocumplimiento. De forma inconsciente, nuestros actos buscan confirmar nuestras expectativas. Si una persona está convencida de que una entrevista de trabajo saldrá mal, se mostrará nerviosa y torpe y dará razones al evaluador para ser descartada. Del mismo modo que los estadistas, empresarios y científicos no harían nada si pensaran que “el mundo no tiene solución” —otro ANT—, una persona poseída por la negatividad se quedará masticando su desgracia en soledad.