20-07-2012, 07:15
Hablemos de Alonso 7
Y la suerte, esa suerte que cogió de la mano al joven piloto de rubios cabellos en Abu Dhabi 2010, dando la espalda al bicampeón disgustada por sus pensamientos. Esa suerte que se empeñaba en acompañar una y otra vez al coche azul con el nº 1 en su morro presa de un sortilegio del mago Newey durante toda la pasada temporada. Esa suerte que esta temporada, liberada de su prisión va saltando de coche en coche buscando un nuevo hogar, de tanto en tanto vuelve sus ojos hacia el coche rojo con el nº 5 en el morro atraída por sus osados movimientos y los agradables pensamientos que escucha bajo ese casco que provocan su sonrisa, ese casco… ese casco azul y amarillo, … le resulta extrañamente familiar, pues le recuerda a uno de sus elegidos de antaño, un intrépido muchacho de gran talento, de mirada franca y sincera, que hace unos años a lomos de su montura azul cielo desafiaba el orden establecido. Y cuando mira en sus ojos, y observa su mirada franca y sincera, le reconoce. Si, es él,… al fin! Esa suerte, … ésa, que es conocida en el paddock, pero difícil de retener, esa que se cuando te elige se denomina… la Suerte del Campeón.
Y la suerte, esa suerte que cogió de la mano al joven piloto de rubios cabellos en Abu Dhabi 2010, dando la espalda al bicampeón disgustada por sus pensamientos. Esa suerte que se empeñaba en acompañar una y otra vez al coche azul con el nº 1 en su morro presa de un sortilegio del mago Newey durante toda la pasada temporada. Esa suerte que esta temporada, liberada de su prisión va saltando de coche en coche buscando un nuevo hogar, de tanto en tanto vuelve sus ojos hacia el coche rojo con el nº 5 en el morro atraída por sus osados movimientos y los agradables pensamientos que escucha bajo ese casco que provocan su sonrisa, ese casco… ese casco azul y amarillo, … le resulta extrañamente familiar, pues le recuerda a uno de sus elegidos de antaño, un intrépido muchacho de gran talento, de mirada franca y sincera, que hace unos años a lomos de su montura azul cielo desafiaba el orden establecido. Y cuando mira en sus ojos, y observa su mirada franca y sincera, le reconoce. Si, es él,… al fin! Esa suerte, … ésa, que es conocida en el paddock, pero difícil de retener, esa que se cuando te elige se denomina… la Suerte del Campeón.